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lunes, 8 de diciembre de 2014

BILLETES DE BANCO

Nie I-Tao era el prefecto del Estado Chiang-Si.

Un día, un aldeano joven encontró quince billetes de banco en la calle, los cuales equivalían unos cien taeles de oro (aproximadamente 3,7 kilos de oro), y el joven regresó rápidamente a casa para llevarlo a su mamá.

Sin embargo, su madre no se alegró al ver estos billetes de sorpresa, al contrario le habló con mucha molestia: “¿Acaso este dinero no fue robado y vienes a engañarme? Además si hubiesen sido perdidos por alguien, deberían ser unos dos o tres billetes, ¿Cómo es posible que sean tantos? En la casa nunca hemos tenido tanto dinero, eso nos traerá grandes desastres. ¡Vete y devuélvele el dinero a quien le pertenece para evitar problemas!”

Aunque su mamá insistía, pero el hijo no le hacía caso. 

Finalmente ella tuvo que decirle: “Si te quieres quedar con esos billetes, entonces te voy a denunciar en la prefectura, ¡Hijo desobediente!”

Al escuchar eso, el joven cambió un poco su postura y preguntó:

“Pero si son cosas que recogí de la calle, ¿A quién se lo voy a devolver?”

“Vaya y espere en el mismo sitio donde lo consiguió, ahí debe de aparecer aquella persona.”

El joven obedeció a su madre y regresó al sitio con los billetes. Al rato vino un hombre rico a buscar unos billetes perdidos.

Como el joven era una persona muy sencilla, no le preguntó al señor cuántos billetes se le habían perdido y le entregó todo el dinero. 

Entonces los aldeanos que estaban alrededor le dijeron al rico que debía recompensarle un poco al joven por su noble acto, sin embargo el hombre contestó: “Se me había perdido treinta billetes y ahora sólo recuperé la mitad, ¿Cómo le puedo recompensar con este dinero?”

Por lo tanto comenzaron a pelear, y juntos acudieron a la prefectura para buscar una buena solución.

Nie I-Tao, el prefecto, primero hizo interrogación a los aldeanos, luego llamó a la madre del muchacho y todo lo que decían coincidía.

Entonces Nie I Tan ordenó al joven y el rico que cada quien escribiera una acta, donde uno dijo que se le perdió treinta billetes mientras que el otro dijo que nada más encontró quince.

Después de que cada quien elaboró su acta, Nie I-Tao comenzó a juzgar, le dijo al rico: “Como dice el acta, la cantidad de billetes que usted perdió fue de treinta, y el joven sólo encontró quince, esto quiere decir que estos quince billetes no son tuyos; debes irte rápido al mismo sitio y buscar bien. Y estos quince billetes hay que dárselo a la madre del joven, porque ella es una persona honesta.”

Así, Nie I-Tao le entregó los billetes a la señora en medio de aplausos. 

Fuente.

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